Lucky Strike, hace
ya muchos años, fue una de las primeras marcas en emplear este tipo de
recursos.
Hoy en día, nos
hablan de una campaña de marketing y publicidad y uno de los primeros
conceptos que se nos vienen a la cabeza es algo “novedoso e impactante”,
impactante desde luego la campaña debe ser para que llegue hasta llamar nuestra
atención en un principio, o bien, introducir un concepto, una preferencia o una
necesidad en nuestro subconsciente que, sin saberlo, haga que tengamos en
nuestra mente, al menos presente, aquello que nos han promocionado.
El otro concepto es el “novedoso”, pero, en realidad, las
campañas de marketing no son algo en lo que se trabaje en los últimos años.
Quizá no estaba catalogado como tal, pero desde hace muchos años, las
estrategias de marketing, han sido empleadas para captar un mayor número de
clientes y aumentar sus ventas.
Lucky Strike ya era famosa pionera dentro de la
comunicación, así, existía ya en 1928 “The Lucky Strike Dance
Hour” un espacio musical dentro de la NBC patrocinado por la marca, desde
donde se hablaba entre canción y canción de las principales personalidades de
ese momento (actores, cantantes,…) que fumaban esa marca de tabaco, haciendo
referencias incluso al mismísimo Gary Cooper.
Lucky, desde este espacio, comenzó con sus más importantes
campañas como la del eslogan “Reach for a Lucky instead of a sweet”,
tratando al tabaco como algo bueno para la línea, algo impensable en nuestros
días.
Lucky en esos años arrasó en la sociedad pero es en
los años ’30 cuando el sector femenino empezó a decantarse por otras marcas al
crear nuevos formatos de cajetillas de tabaco diseñado para ellas. Es con esta
situación con la que Lucky se embarca en posiblemente una de sus estrategias
más arriesgadas de Marketing, todo dirigido del pionero y reconocido
RRPP Edward Bernays, el cual, propuso a varios diseñadores y diferentes
revistas crear cierta tendencia hacia el color verde (el color de la marca,
tanto del logo como de la cajetilla, en aquellos años de Lucky).
Esta idea dio tanto de sí que incluso, en 1934, se celebró
la Green Ball, un baile de gala en Nueva York que hizo que las familias
más adineradas y de mayor reputación asistieran, todos obligatoriamente
vestidos de verde, así como fueron sus aperitivos, cócteles y todo la
decoración en general de la propia fiesta.
La propuesta triunfó y el color verde estuvo de moda y
Lucky por supuesto aumentó sus ventas reteniendo y captando consumidores,
especialmente el sector femenino.
Evidentemente con los años esta campaña cayó en el olvido y
Lucky tuvo que volver a reinventarse, así que finalmente optó por cambiar el
color de su logo por el original. Empleando un eslogan y una imagen perfectas
para justificar ese cambio, relacionándolo con la entrada de EEUU a la II
Guerra Mundial.
Junto con el slogan “Lucky Strike has gone to war”, Lucky
consigue así recuperarse ganando la simpatía de los estadounidenses y de esta
manera ganar su propia guerra “personal” a nivel de marca, frente a la
competencia.
Un saludo.
José Pérez.
Fuente: puromarketing.